Tratamiento del Glaucoma

   El glaucoma crónico simple es una enfermedad lenta, progresiva e irreversible que daña el nervio óptico y afecta al campo visual. Habitualmente se asocia a presión intraocular elevada.

   La presión intraocular puede controlarse mediante colirios, láser o cirugía, consiguiendo detener el avance de la enfermedad.

Diagnóstico preciso

  Realizamos control de la presión intraocular, factores de riesgo, gonioscopia, paquimetría, campimetrías computerizadas seriadas y análisis de la capa de células ganglionares y del nervio óptico mediante Tomografía Óptica de Coherencia (OCT).

Seguimiento y control

  En pacientes de riesgo o ya diagnosticados y en tratamiento, hacemos análisis mediante software de la progresión de los campos visuales y de la variación en el espesor de las fibras nerviosas de la retina y del nervio óptico, para detectar aquellos pacientes que evolucionan negativamente y reconducir el tratamiento.

Tratamiento médico y quirúrgico

   Proponemos un uso escalonado de tratamientos farmacológicos, Trabeculoplastia Láser, Iridotomía Láser, MIGS, cirugía de Trabeculectomía, Válvulas, etc, con un objetivo claro: controlar la presión intraocular y detener el avance de la enfermedad, discutiendo con el paciente los pros y contras de cada tratamiento.

   El glaucoma es una enfermedad frecuente, que llega a afectar al 1.5-2% de la población. Según su forma de aparición, puede clasificarse, en congénito, cronico y agudo. También se puede dividir en glaucoma de ángulo abierto y glaucoma de ángulo cerrado y en glaucoma primario o secundario (éste es consecuencia de otra enfermedad o efecto secundario de un medicamento).

  • El glaucoma congénito. Algunos son hereditarios, pero la mayoría son esporádicos. Se diagnostica en el nacimiento por el aspecto inusualmente grande de las córneas. Hay que corregirlo mediante cirugía. Más información en la web de la sociedad española de oftalmología.
  • Glaucoma agudo. Un paciente que normalmente tiene una presión ocular normal, de repente nota pérdida de visión y dolor intenso. La mayoría de las veces se relaciona con ángulo estrecho, aunque hay otras formas agudas secundarias a uveítis, postquirúrgicas, etc. Si es por ángulo estrecho, se diagnostica fácilmente mediante gonioscopia y se trata mediante iridotomía láser o quirúrgica, si el láser no fuera posible. Si el tratamiento es rápido, la pérdida de campo visual no es muy grave, pero si se retrasa el tratamiento, la pérdida de campo visual puede ser importante. A veces, queda un glaucoma crónico como secuela. Más información en la web de la sociedad española de oftalmología.
  • Glaucoma crónico. Es el más frecuente y el más insidioso. Suele tener un componente hereditario, y es frecuente encontrar casos de glaucoma en los familiares del paciente. La presión intraocular va subiendo poco a poco, a partir de los 40 años, y como el paciente no nota dolor ni molestias, la pérdida de visión lentamente progresiva no se nota hasta que es tarde. Todos nos deberíamos hacer tomar la presión intraocular a partir de los 35 años, especialmente si tenemos antecedentes familiares de glaucoma.
  • Glaucomas secundarios. Pueden aparecer postquirúrgicamente, o secundarios a una uveítis o tratamientos con algunos medicamentos, especialmente con cortisona y derivados.

 

   Sea cual sea la causa de la subida de presión intraocular, se va produciendo un daño progresivo en el nervio óptico. Por este nervio circulan las fibras nerviosas encargadas de trasmitir las señales visuales del ojo al cerebro. Debido a la especial configuración anatómica del nervio óptico, se dañan primero las fibras de nuestra visión lateral, y sólo más tarde las de la visión central. En parte es algo bueno porque la visión central es mucho más importante, pero es malo porque su avance lento es imperceptible y para cuando el paciente lo nota la enfermedad puede estar muy avanzada.

    Hay muy buena información sobre el glaucoma en la web de la Asociación Americana de Oftalmología.